16.2.16

La clínica de poesía de la Biblioteca Nacional en La muralla y los libros

Compartimos una entrevista que le realizaron a Liliana Lukin en el programa de radio La muralla y los libros sobre la clínica de poesía que coordina en la biblioteca nacional y las 16 producciones realizadas por los distintos poetas

http://trapalanda.bn.gov.ar/jspui/handle/item/7013

10.5.15

lamateriadelosueños: VIERNES 22 DE MAYO, 19 HS. SALA R. CORTAZAR PRESEN...

lamateriadelosueños: VIERNES 22 DE MAYO, 19 HS. SALA R. CORTAZAR PRESEN...

Selección de los poemarios editados en la colección miliuna 2015

Colección miliuna a celebrarse el 22 de mayo


Ahí está, otra vez,
temblorosa la pupila,
tensando diminutos nervios
en lo blanco.
Reflejos plomizos, los ve,
se juntan en la ventana.
Primero, la cabeza se incorpora,
luego el cuerpo también se levanta.              
Tiene el cerebro adormecido
y le palpita con fuerza el corazón,
eso siente: un mudo retumbar sentido.
Mientras tanto, desde afuera,
llegan reflejos de otro mundo,
paralelos, espiralados,
o estriadamente concéntricos.           
Pasaron los años
y ya no pretende encontrar
regularidades,
relaciones recíprocas,
causas y efectos o linealidad.
La lógica se quebró
sus partes se han disuelto
si es que alguna vez existieron.

...........................


Durante un rato
no pasó nada,
en alarma permanente
olvida toda tendencia
y no hay efecto secundario
que lo preocupe.
Sabe que debe ajustar deformaciones,
instancias.
La duración es eso para él,
una colección inerte
de los momentos transcurridos
o de la eficacia oscura.
En este sentido y sólo en éste,
no hay ya categorías
ni modificadores.
Espera simplemente un círculo,
una precognición.
...........................

¿Es él o es otro?
una pregunta más en los márgenes
de una inteligencia inhibida.
Las aclaraciones
vendrán cuando quieran venir,
no hay que forzar nada -piensa-
voluntad y fenómenos externos
deben decantar lentamente,
aunque las falsas repeticiones
me demuestren lo contrario.
Su lugar es ahora la silla,
aunque podría ser, pero no es,
otro punto en el espacio de la casa.
De algo está seguro:
no puede dudar de sí mismo.
Sí de los cuadros que lo rodean,
sí de su nombre
y de las creencias que posee,
sí de la validez de sus gustos
y hasta de la supuesta asignación
de un árbol genealógico

Jorge Alarcón, Condición imperfecta




MANUAL PARA CRUZAR DE OCÉANO

El ojo se abre en cualquier madrugada.
Ud. sale del sueño, cual pez en los aires
del hombre,
y lo sujeta,
pero la cama fondea su lomo.
Ud., amigo, no ve nada.
La noche, en sus pupilas líquidas,
es una estela de abejorros.
No tiemble: los cuervos no son sino la sombra
de las aves más bellas.
Respire hondo desde las branquias.
Verá que asoma una que otra claridad,
que se articulan los huesos,
las paredes de su cueva,
los aires del hombre que circulan por su cara.
Vuelva al sueño, si prefiere.
Esta ciencia actúa al otro lado.
Pruebe su eficacia entre dos laberintos
y navegue.

EL REFLEJO


Mi abuela era una devoción primaria.
Era          también el sabor de la manzanilla, las chompas de lana,
las polaroid en b/n, las anchas caderas de los 50,
los boleros de Lucho Gatica, las tardes de cinema,
la palabra «cinema» y un largo etc. que no quiero
malograr con el lugar común.
Luego nos unió una pérdida, la consternación.
En mi abuela
cayó la vejez y una babel neurológica,
en mí, el estirón y sus larvas conexas.
Descubrí en ella
algo más que un anecdotario de alegrías:
mi espejo biológico.
Debo mencionar la ansiedad
de mirarla de frente
con una mueca no correspondida.

 

UN ESCARABAJO EN LA MAREA

Me hago a la mar en mi Volkswagen Escarabajo.
Navego con un remo y sus frenos fieles
[prolijo ensamblaje alemán del 72].
Lo pinté de dorado, color conveniente
en la hora fuerte del sol,
pues ciega, por igual, a gaviotas y a bañistas.
Ocurre que esta ciudad ya no es lugar para mi auto:
lo despiden cláxones zumbando en el desierto
y una pala de tierra sobre su lata.
Una vez que alcancemos altamar,
lo dejaré hundirse.
Yo volveré sin el remo, pues no tengo apuro.
Lentos braceos me devolverán a la orilla.
Mi auto no será peligro para barcos
ni atracción de buceadores.
Se hundirá tranquilo a morar con los peces,
oculta entre las algas su armadura
y la sal le será hospitalaria.
En el final,
lo ha de roer la ceniza de los mejores muertos.

 

VARIEDAD DE LAS AGUAS

1.
Una ducha no es poética.
No es, digamos, el mar,
favorito de las fábulas
y con tanto prestigio.
Una ducha no es poética,
pero si estamos juntos,
apretados
bajo el dominio
de cañerías resecas
y el jabón almendrado,
nos define un arte:


dos humedades perfectas.


Raúl Behr Vargas, Desde las branquias




IV
Raíces al aire,
la tierra descuajada.
Ella ha tenido la fuerza de voluntad
que no hemos podido cultivar nosotras;
por el contrario,
la hija, cuna de los miedos,
localización corpórea de lo no posible.
Visitar la infancia
para demolerla
con el hastío.
Desembolsar historias siempre incompletas,
acovacharse de siesta, comida y vacas,
de palmeras con lagunas artificiales,
de personas que murieron, personas que engordaron,
de lugares a los que sólo cambió la herrumbre,
lugares que no están en su sitio,
olor a tilo y pesticidas.
La historia de manual, esquina y pampa.


V
¿Qué hago yo?
Silencio en el campo si el viento no sopla.
Miro esas flores blandas y sus raicillas,
pruebo el pasto duro de comer,
rasco la corteza del sauce llorón y su savia resinosa se pega a mi piel.
Yo no estoy hecha del mismo material.
Ellas tienen su razón de ser:
las vacas se alimentan del pasto y de las flores,
nosotros comemos nuestras vacas.
El color de la mañana, ellas lo dictan;
después de la nieve también florecen.
¿Qué hago yo?
Me acomodo sobre las hierbas tiernas
que desbordan entre las piedras y el arroyo.
Abrazada a las rodillas, evito mirar el valle poblado
que se abre al otro lado del agua.
¿De qué estoy hecha?
Un agujero en el estómago.


Acerca de la imposibilidad
Todo el tiempo negándose a la puerta,
siempre oponiéndose al paso de entrada
como si se tratara de una montaña pero, después,
es una cortina por correr y
ya no hay para qué atravesarla.
Deseo.
¿Dónde estuve yendo tantas veces
mientras miraba el paisaje a mis espaldas?
Tengo un puñado de metáforas
instantáneas bajo la lengua.
¿Dónde estuve yendo tantas veces?
Miraba el paisaje.


Ayelen Sol Rives, Morada




I
Dentro del hambre, hay un animal,
cerdo, cordero o sabueso;
dentro de su piel hay un hombre
que intenta devorarse a otro.

Tu deseo, amor mío,
es un mendigo a ambos bordes de un arroyo,
dos extremos sin dignidad ni apariencia propia.




II 
Dentro del animal hay un sueño,
dentro del espejismo traspaso el cristal.

Me hago transparente allí
y dejo que mires a través.

Eso que brilla al otro lado
es una realidad, algún tipo de lirio,
alguna clase de agua navegable.
  


III 
Dentro del cristal todo es silencio,
y dentro de ese red está la palabra “padre”,
la palabra “cordero”, la palabra “digno”.

Detrás de una ventana todo lo que puede verse
le pertenece al lenguaje.
Ese vacío impronunciable aguarda a que llegues.




IV
Dentro de la palabra “raíz”
crece la hierbabuena,
la invasión del agua en la tierra profunda,
la cascada, una casa de hierro;

dentro del muerto no se sabe
qué debemos contemplar,
pero el corte se hace en el medio
y se entra lamiendo los bordes.




VII 
Dentro de la noche alguien zarpa por la costa,
intenta huir, sin viento, sin rumbo,
flotando dentro de su razón;

otro lo mira:

ése que lo despide es un vacío:
un bote, agua, la madeja de piel
con la que ya no se cubrirá en el viaje.


Sergio Guerrieri, Pozo




PROYECTO VOYEUR

Una mirada desde una alcantarilla
puede ser una visión del mundo
Alejandra Pizarnik

Penetrar con el ojo-cámara
en la zona umbría
y alumbrar el sentido
de la escena que deslumbra
con esa sombra
construir las palabras
¿qué sino la escritura
revela la escritura?



LO NUTRICIO
Abrir un libro en su parte final
y apoyarlo contra el pecho
como haría una mujer
que amamanta a un niño
gota a gota ese alimento
va a deshacerme con su pequeña muerte
y después solo esto:
ser otra ser la que fui
mientras el filo de las palabras
desentierra la infancia



GÉNESIS
Una única escena:
estar trepada siempre
a ese jardín
que se adhiere a mis manos
la manzana brillando
al sol del papel
no hay nada más que ese ritual
no hay nada más
es esa la marca que me hiere
y es esa la armadura


FOTÓGRAFO CIEGO

El ojo que no ve
inventa la promesa
de un rostro duplicado
toca un violín
que aquí no existe
como golpea
la luz de ese sonido
viajando hacia algún templo
se abren todas las puertas


Silvia C. Makler, Proyecto Voyeur




11
algo está por caer
no es un planeta
esa es la metáfora de otros
pero pesa lo mismo
desde donde nadie sabe
porque ésta es mi metáfora
el lenguaje
al igual que un espiral
desemboca en el por qué:
¿de qué era metáfora
la metáfora?


15
por el nido
se dice oscuridad
pero se escribe bosque
el wilderness
la wilderness
árboles de plumas pesadas
-esos pájaros aún aleteanreposo
donde la sangre de otros hijos
es colchón y sábana


*
campanas o picaportes
que hacen eco
un túnel forrado
con la piel del paladar
hundidos
en un reloj de arena
los dedos
enumerar por no saber
¿de qué universo?
¿de qué manjar?
¿cómo?


Swami Paris, Sublingual




IV
las palabras caminarán
sobre la mesa
intentarás convertirme
en aquella mujer
que imaginaste
la irrigación de terreno ulcerado
me castigará al partir


V
para qué mudarla de vos
si al abrirte
encuentro entre la tierra
bichos y hojas secas

esa madre multiplicada
en fibras silentes
de maldad


III
las plantas y las madres
tienen similitudes
crecen
hacen hijas
mueren

voy a enterrar a la huérfana



VII
la sepultura es el lugar
donde acumulo mis plantas


el reemplazo no es literal
sólo ocupa la misma habitación


Yésica Soledad Arenas, Transfusión